lunes, 19 de marzo de 2007

Indicadores de Interés (Parte II)

Indicadores de Interés (Parte II)


Albert Scheflen, autor de Body Language and the Social Order, descubrió que cuando una persona entra en el escenario de otra del sexo opuesto, tienen lugar determinados cambios físicos: Se produce una mejora evidente del tono muscular a modo de preparación para un posible encuentro sexual, se disminuyen las bolsas en los ojos, desaparece la flacidez del cuerpo, el pecho se echa hacia afuera, el estómago hacia adentro, el cuerpo asume una postura ergida y la persona, en general, adquiere un aspecto más juvenil.

En la mayoría de mamíferos es el macho el que se “viste” para impresionar a la hembra. En el ser humano sucede al contrario. Las mujees han sido las principales responsables de la publicidad sexual y lo han hecho decorándose con prendas coloridas, joyas y maquillándose la cara (por supuesto, excluyo acá a los egipcios y algunas civilizaciones indígenas).

Históricamente, mientras que las mujeres se han vestido para atraer a los hombres, los hombres lo han hecho para mostrar su categoría social o para alejar a sus enemigos. Hoy día presenciamos la reaparición del hombre obsesionado en sí mismo que vuelve a arreglarse como un pavo real (en algún otro post hablaré de la teoría del pavoneo para incrementar la posibilidad de atracción).

En los humanos hay una serie de gestos y expresiones importantes de cortejo, que provienen evolutivamente de las danzas de cortejo de aves y otros animales. Cuando una persona quiere atraer a otra del sexo opuesto, lo hace subrayando las diferencias sexuales. Y para desanimar al sexo opuesto, se disimulan u ocultan tales diferencias. Las mujeres son mucho más susceptibles a captar las señales de cortejo de los hombres, pero nosotros somos mucho más torpes en este sentido, es por esta razón que a los hombres nos cuesta encontrar parejas potenciales.

Los estudios indican que las mujeres son las que inician el cortejo en el 90% de los casos. La mujer lo hace enviando al(os) hombre(s) objetivo(s) una serie de señales sutiles con los ojos, el cuerpo y la cara. Si no conoces estas señales, estarás perdiendo oportunidades potenciales de saber a quién acercarte.

Allan y Bárbara Pease, en su libro El Lenguaje del cuerpo, incluyen una serie de pasos que tienen lugar en todo cortejo y que incluyen gestos o indicadores de interés, a continuación te los comento.

Fase 1: Contacto visual: Ella mira a su alrededor y detecta al hombre que le gusta. Espera hasta que él se percata de su presencia y mantiene la mirada durante cinco segundos y la aparta. Antes de que el hombre se de cuenta de lo que sucede, ella tiene que mirarlo tres veces, en promedio.

Fase 2: Sonrisa. Ella le regala un par de sonrisas fugaces. Da luz verde a la aproximación.

Fase 3: Pavoneo. Ella se sienta bien derecha, subraya sus pechos y cruza las piernas o tobillos para mostrarse lo más atractiva posible. En caso de estar de pie, ladea las caderas y la cabeza hacia un hombro, dejando expuesto su cuello. Juega con su cabello durante un tiempo que dura cerca de 6 segundos (lo que inconscientemente muestra que se está arreglando para su potencial pareja). Se puede humedecer los labios, tocarse partes de su cabello y acomodarse la ropa. El hombre, por su parte, tiende a pararse derecho, meter estómago, sacar pecho, acomodarse la ropa y meter los pulgares en el cinturón.

Fase 4: Conversación. El se aproxima e intenta iniciar una charla.

Fase 5: Contacto. Ella busca la oportunidad de tocarle levemente el brazo. Los contactos físicos se repiten y escalan en niveles para comprobar si la otra persona se siente cómoda con los diversos niveles de intimidad y hacerle saber que el primer contacto no ha sido accidental.